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lunes, 25 de junio de 2012
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¿pensáis de verdad que ser buenos amigos significa burlarte de aquellos a los que haces llamar tus amigos? ¿ser un buen amigo es excluirlos de tus planes o apartarlos para hacerlo sentir mal? Mucha gente lo hace y puedo aseguraros de que eso duele mucho.También hay gente que lo hace sin querer o de broma pero a la gente es muy fácil decepcionarlas y aunque no nos demos cuenta la amistad con esa persona puede debilitarse. Por eso hay que tener cuidado y tener los ojos abiertos, y si no queremos perder amistades, disculparse. Porque un perdón no cambia el pasado, pero sí el futuro.
Mi Amigo
Surgió en mi mente,
así de improviso, porque lo necesitaba. Lo llamé Amigo.
Es delgado, de unos
65 cm. de alto (me llega por la mitad del muslo, casi a la cadera),
con pelo negro y alborotado. Sus ojos son de color azul cielo, su
nariz es pequeña, sus orejas puntiagudas y su piel delicada, del
color mas bonito del mundo, un color de piel indescriptible. Sólo lo
puedo ver yo, porque es inmaterial, es imaginación.
Amigo es fuerte y
resistente, tanto físicamente como psicológicamente. No habla, al
menos no en mi presencia. Solo escucha. Viste con tan solo unos
pantalones cortos de algodón verde y lleva un collar con un diente
de león. Va descalzo por lo que la única parte de su cuerpo cuya
piel no es tan delicada son sus pequeños pies.
Amigo es travieso,
cariñoso y ágil. Aparece sólo cuando lo necesito o cuando yo lo
llamo. Viene siempre y nunca me falla porque es mi amigo. Yo lo llamo
y hablo. No me interrumpe, solo escucha, escucha y me hace pensar.
Creo que su hogar
está en el bosque, junto a los duendes que viven entre las raíces
de los sauces. Pero él apareció en un rincón de mi cabeza desde
donde encontró la manera de salir al exterior y verme, y yo verle a
él. Me comunico con él sin necesidad de hablar, solo le hablo con
la mente. Yo le cuento mis emociones, mis miedos y mis alegrías. Y
Amigo me escucha y de alguna manera habla conmigo y me cuenta como ha
ido su día. No me envía palabras, me envía emociones,
sentimientos.
No sé qué pasará
cuando me haga mayor y ya no lo necesite. No sé si me olvidaré de
él porque tenga alguien con quien pueda desahogarme mejor que con él
o porque simplemente ya no necesite desahogarme. No lo sé. Pero si
sé que cuando lo vuelva a necesitar, él, Amigo, va ha estar allí,
esperándome con una sonrisa en la cara que diga “cuentame lo que
quieras, soy todo oídos” porque Amigo es mi amigo y yo soy la
suya, al igual que él es mi secreto y yo soy el suyo.
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